SANTIAGO POSTEGUILLO
A finales del siglo III a. C., Roma se encontraba al borde de la destrucción total a manos de los ejércitos cartagineses de Aníbal, una fuerza imparable que, de haber conseguido sus objetivos, habría determinado para siempre el devenir de Occidente. Pero pocos años antes del estallido del más cruento conflicto bélico que se hubiera vivido en Roma, nació un niño que estaba destinado a cambiar el curso de la historia: Publio Cornelio Escipión, hijo del cónsul de Roma, cuyas hazañas le valdrían el sobrenombre de Africanus.