IBARRA BALAM
Olvida lo que te enseñaron en el Kinder: Los colores no tienen nombre y todos los días son domingo. Vive de acuerdo a estos simples preceptos y no tendrás que ocuparte nunca más de la felicidad. Te darás cuenta de que cualquier día sirve para dormir a pierna suelta o para bailar hasta el amanecer. Da igual uno que otro, porque ninguno es Lunes... las semanas no terminan ni comienzan. Hay días buenísimos para trabajar intensamente, por supuesto; pero también son domingo. ¿Qué tonto fue el primero que dijo que el domingo no se trabaja? Cuando ya no seas capaz de distinguir un domingo de otro, una semana de otra, un mes de otro... tampoco podrás diferenciar los días felices de los que no lo son. ¡Y al cuerno con la felicidad! Yo no quiero nunca tener el día más feliz de mi vida. No me hace falta, ¿a quién puede hacerle falta con tanto domingo que anda suelto por ahí, listo para ser saboreado?