STEFAN ZWEIG
Estas memorias, El mundo de ayer, están escritas en Brasil, en la localidad de Petrópolis, donde Zweig escuchaba todos los días las últimas noticias del desastre de la Segunda Guerra Mundial en su pequeña radio imaginando los escenarios más horribles. Por ello, el lector comprobará que es en este sentido un libro intencionadamente anacrónico, unas memorias donde fundamentalmente reparamos en que la fisonomía de la vieja humanidad nunca será ya la misma y, para Zweig que acabó con su vida voluntariamente para no seguir siendo espectador de esta catástrofe-, para peor.