De pronto dejas de escuchar a tu hermano que algo te está pidiendo a gritos, porque es más fuerte la voz del rey griego Agamenón que anima a sus soldados a luchar contra los ejércitos royanos del príncipe Héctor. Te enrolas en las filas de estas palabras y unas veces empuñas tu espada a favor de ilustres guerreros griegos como Aquiles, Áyax y Menelao, mientras que otras, combates en las fuerzas militares de Troya, con París, Héctor y Eurípilo. Tu hermano te ve tan metido en estas batallas, que quiere saber por qué empezaron, y quién resultará vencedor. Pero tú no le revelas nada; en cambio, le prestas La Ilíada donde, además de averiguar esto, descubrirá el secreto del famosísimo caballo de Troya