Escrito en el siglo XVI por el Obispo de Yucatán, está basado en las tradiciones orales de los antiguos mayas.
Es una de las obras más importantes sobre la antigua cultura maya. Contiene datos sobre las edificaciones, el medio ambiente, las costumbres, las creencias y la historia. Su mayor aporte es el de haber proporcionado la clave para descifrar los glifos cronológicos y el calendario, mismos que sentaron las bases para ubicar, de manera correcta, las fechas relevantes de una de las civilizaciones más avanzadas de la América Prehispánica.
Fue escrita entre 1563 y 1572 por Diego de Landa, un fraile franciscano que llegó a Yucatán poco después de la Conquista. Como etnólogo, el autor obtuvo su información de indígenas y conquistadores, a través de entrevistas directas. Fue un personaje polémico, ya que además de recompilar esta obra, se dedicó a combatir con severidad las antiguas creencias paganas, a fin de imponer el cristianismo.
