LAURENCE REES
Auschwitz se convirtió en una fábrica de muerte, donde se arrojaba a los niños vivos a las hogueras.
Un lugar atroz, con médicos sanguinarios como Mengele y hasta con un burdel para estimular a los
prisioneros más trabajadores. Pero tal vez lo más terrible resulte saber que más del 85% de los
miembros de lasSS que sobrevivieron a la guerra han quedado impunes.