CARRANCÁ Y RIVAS, RAÚL
Lo primero que caracteriza a un profesor universitario y hago especial hincapié en lo de universitario es el poder. Sí, poder en el más amplio sentido de la palabra; es decir, dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo. Lo cierto es que el profesor, y con mayor razón el eminente, tiene expedita la facultad o potencia de hacer, que es producir, ejecutar, poner por obra una acción, para que queden huellas indelebles en el espíritu del alumno y, tal vez, futuro discípulo. A ese poder me refiero, al impacto inicial de una personalidad. Lo primero que impresiona al alumno, y el profesor lo debe de saber, es su personalidad, la que se llama diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra, diferencia que es de forma y fondo, ejemplo y acción. Tal es en esencia lo que llamo binomio universitario: profesor-alumno.