HOANG HELEN
Stella Lane cree que las matemáticas son lo único que funciona en el universo. Utiliza algoritmos para predecir compras, un trabajo que le ha proporcionado más dinero del que sabe gastar y menos experiencia en el apartado de las citas que la media de cualquier treintañera.
No le ayuda tener Asperger y que besar le
recuerde a un pez piloto limpiando los dientes de
un tiburón. Por eso contrata al despampanante
gigoló Michael Phan. Mitad sueco, mitad
vietnamita, Michael no puede rechazar la oferta
de Stella y accede a ayudarla y rellenar todas
las casillas de su plan de lecciones amorosas,
desde el juego previo hasta más allá de la
postura del misionero
Stella no sólo aprende
a apreciar los besos de Michael sino a anhelar
el resto de sensaciones que le provoca. Pronto
su asociación sin sentido empieza a cobrarlo
y el patrón que Stella descubre la convence
de que el amor es la mejor clase de lógica