Explora por qué algunas personas del mundo aman experimentar dolor intencionalmente, desde bailarinas de ballet con meñiques del pie rotos, nadadores en aguas heladas, comedores competitivos, religiosos, masoquistas sexuales, fanáticos de los tatuajes y todo tipo de buscadores de dolor comunes y corrientes.
Una completa investigación en la que, sin importar qué tipo de dolor aceptemos experimentar, el beneficio está en el placer que genera.