LÓPEZ ZAMARRIPA, NORKA
Extraña, a la vez que sorprende, que una eminente abogada, historiadora, sabia en muchas disciplinas científicas, escriba a la vez obras de creación literaria, con la misma firme mano que lo hiciera con sus textos universitarios, tratados como los monumentos históricos arqueológicos, y el futuro del régimen jurídico del patrimonio cultural, entre otros, tan aplaudidos por los que saben de estas cosas, tal como Aurora Arnáiz Amigo, que prologa uno de ellos, autoridad en muchas disciplinas, entre ellas, el Derecho, la Historia, la Sociología.Memoria ajena. Cuentos que yo leí con suma delectación hasta dos veces por haber extraviado el primer ejemplar del original que pusiste en mis manos. ¿Cuentos? ¿Relatos? Narración de sucesos de la vida real, de la cotidianidad, esa en la que estamos dichosamente prontos a caer, a recaer.Pero, Norka, lo que importa no es el tema, sino su tratamiento y lo casi milagroso de no frustrar el tema. Y conseguir decirlo nuevo, como si por primera vez se dijera. Así los tuyos que son a la vez -ya lo hemos di-cho-, y como tú los titulas, cuentos. Pero, para mí, son eso, cuentos. Pero más que todo narración de sucesos, para mí autobiográficos, cosa que nunca dejó de ser lo que escribimos. Eres tú, Norka, la personaje de todas tus páginas. En ella te muestras sabia; las descripciones amorosas, los encuentros carnales, la divina delicia de gustarse los cuerpos, las bocas, las dos que la mujer tiene, si bien, tú sólo aludes a una, siendo que sin la otra, sin el beso de la otra, no existe la total dicha carnal.