SOFIA DIAZ PIZARRO
Cuando nació mi hija, todo el proceso de reescribir mi pasado, de ver cara a cara las sombras y de hacer el esfuerzo por incorporarlas a mi mente para trabajarlas y dejar de empujarlas o negarlas, tomó un valor completamente diferente. Tengo la certeza de que el trabajo que yo hago en mí libera a mi hija de sus efectos. Si yo sano estas creencias limitantes y me abro a sentirme digna de amor y respeto, podré transmitirle implícitamente a mi hija estas creencias sobre sí misma y su mundo.
Sí, cada mamá y papá que interactuamos con menores tenemos el gran poder de sembrar en las mentes fértiles de los niños semillas de creencias que germinarán el resto de sus vidas, que formarán sus creencias sobre sí mismos y el mundo, de manera que manifestarán esa realidad.