ALVAR EZQUERRA, MANUEL
La epopeya nació como poesía noticiera. Cuando las gestas se fueron olvidando, fragmentos de ellas, los más dramáticos, novelescos y brillantes, se aferraron a la memoria del pueblo y cobraron vida. Con el tiempo, estos fragmentos reunieron los elementos necesarios para subsistir: unas veces se desarrolló el sentido ornamental de las descripciones, otras se dotaron al héroe de atributos contrarios a la historia, pero eficaces para la sensibilidad popular de cualquier tiempo; las narraciones que venían de fuera, se adaptaron a la lengua española, y algunas mantuvieron incólume el viejo espíritu y convirtieron a los romances en paradigmas. Los romances de este volumen testimonian la más genuina expresión del genio español y de una inmensa porción del mundo hispánico.