EPOCA
El 30 de abril de 1945 a la hora acostumbrada, dos de la tarde, sirvieron a Hitler el almuerzo. El Führer estaba pálido y silencioso. Al levantarse de la mesa, pasó con su esposa al corredor central donde estaban esperándolos varios de sus principales ayudantes. Les estrecharon la mano en silencio y se volvieron a sus habitaciones. Adolfo Hitler tomó asiento al lado de su esposa en el refugio subterráneo llamado el Führérbunker, mordió el cañón de una automática Walther y apretó el gatillo, en tanto que Eva Braun trituraba entre los dientes una ampolleta de cianuro. A las 10.30 de la noche, los miembros de su Guardia Selecta sepultaron en los jardines de la Cancillería lo que aún restaba de los cadáveres, a los que habían prendido fuego varias veces después de empaparlos en gasolina. El Reich que iba a durar mil años se había derrumbado.