SANTANA SANDOVAL, MARCIANO ANDRES
El libro sintetiza la experiencia profesional adquirida a través de más de tres décadas de trabajo en el lugar, enriquecida y tamizada por las opiniones e inquietudes de investigadores, turistas y estudiantes interesados en conocer su historia. El texto se ocupa del primer visitante del que tenemos registro, que acude en el siglo XVI a conocer el lugar y cuya descripción es la fuente de información más antigua: Diego Muñoz Camargo, autor de la Historia de Tlaxcala.
Los trabajos de otros investigadores nos permiten ubicar a este personaje de innegable valía como un mestizo que enfrentaba el natural conflicto entre sus orígenes, intereses, aspiraciones y alcances, además de las limitaciones propias del conocimiento de aquella época.
Esto es importante porque abre la posibilidad de dudar, sobre una base sólida, de su objetividad y de sus informantes y nos permite buscar el punto de reconciliación entre los datos arqueológicos y los históricos, que es un punto toral en la investigación sobre Cacaxtla.
Además, desglosar la información que nos aportan los materiales arqueológicos nos permite un acercamiento al pensamiento religioso de los antiguos habitantes expresado en sus obras, y muestra sus rostros, vestidos, peinados y el arreglo personal de quienes formaban la elite gobernante. Del mismo modo ofrece algunos ejemplos de su escritura expresada en las pinturas murales. En la arqueología, como en otras disciplinas, nunca tendremos una revelación que se convierta en la última palabra sobre algún tema en particular y por ello lo que antes fueron conclusiones satisfactorias de una investigación, hoy nos sirven de cimiento para conformar nuevas propuestas.
Ejemplo de ello son las esculturas que actualmente se conservan en San José Atoyatenco, descubiertas después de las pinturas de Cacaxtla, las cuales tienen una antigüedad mayor que éstas y un estilo que solo encontramos en monumentos arqueológicos de las costas de Chiapas y Guatemala, lo cual prueba que los elementos Mayas en las pinturas solo son una expresión más de un intenso intercambio cultural y comercial entre la región tlaxcalteca y el sureste de nuestro territorio nacional.
Los avances en las investigaciones también nos inducen a buscar los nexos que según las fuentes históricas,vinculan a los Olmecas-Xicalancas con Choluta y Cacaxtla, ya que la pintura mural como expresión de la cultura, es de estilo diferente en ambos lugares.
Por este motivo, el contenido de este libro ofrece respuestas que abrirán interrogantes que posteriormente serán el punto de partida para nuevos y más completos avances en el conocimiento de nuestro pasado.